Aparece claramente en la vejez del poeta la confianza en la fe, con su promesa de trascendencia. Un soneto que figura en todas las antologías.
De noche.
La vieillese est une voyageuse de nuit. Chateaubriand.
No ya mi corazón desasosiegan
las mágicas visiones de otros días.
¡Oh patria! ¡Oh casa! ¡Oh sacras musas mías!...
¡Silencio!, unas no son, otras me niegan.
Los gajos del pomar ya no doblegan
para mí sus purpúreas ambrosías;
y del rumor de ajenas alegrías
sólo ecos melancólicos me llegan.
Dios lo hizo así. Las quejas, el reproche
son ceguedad. ¡Feliz el que consulta
oráculos más altos que su duelo!
Es la vejez viajera de la noche;
y al paso que la tierra se le oculta,
ábrese amigo a su mirada el cielo.
Junio 1: 1890.
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