miércoles, 28 de marzo de 2012

La renovación y la muerte.

La renovación y la muerte.
En “la tarde de la vida, árida y fosca”, menudean las reflexiones sobre la vida presente y la futura, el tedio y la esperanza.

Cuerpo y alma.

Vibra un rayo de luz el sol naciente,
sobre un negro rumor de catarata,
y enciéndela en vellón de nieve y plata
posando inmune en su tropel hirviente.

Ella no es una, es mil, no hay quien las cuente;
gota a gota se forja y desbarata;
pero su mismo vértigo aquilata
del rayo etéreo la virtud potente.

Hé aquí el alma, inasible, intacta, fuerte;
y una siempre entre el rudo torbellino
de la renovación y de la muerte.

Cuando ya no ande para mí el molino,
¡piérdete en el fangal, ceniza inerte!
¡Torna, oh luz, a tu fuente, al sol divino!

Mayo 14: 1897.

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