Leo en una antología del sr. Pombo un sabroso pasaje autobiográfico en que habla con don Lino, su padre, del siguiente tenor:
"Vamos, Rafael, veo que eres ingeniero sin obras y sin vocación para el oficio. Te gustan todas Las artes: la pintura, la música y la poesía. Semejante dispersión de actividades del ingenio me parece sencillamente detestable. Tú no serás nada en ningún campo, ni ideal ni práctico. Decídete por ser algo en cosa de provecho". Contestó Rafael: "Si he de ser franco, debo confesarte que la cosa por la que siento más definida inclinación es la poesía".
"Pues poeta serás aunque después te pese", terminó don Lino.
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